Nosotros trabajamos con una serie de dispositivos muy sencillos, algunos de los cuales están en todas las escuelas (globos terráqueos y mapas).
En nuestro hacer reconocemos que la calidad de emancipatorio no está en los dispositivos, sino en lo que se hace con ellos y cómo se lo hace. El objetivo final de la educación formal está mucho más allá de lograr que sus estudiantes sean capaces de hacer cuentas o entender por qué hierve el agua. El producto final de nuestras escuelas es la formación de ciudadanos, y este ciudadano ha de ser necesariamente crítico. Es por ello que promovemos formas de enseñanza que favorezcan esa criticidad y es en este sentido que aseguramos que la capacidad emancipatoria no está en los dispositivos sino en la práctica docente.
Promovemos una pedagogía de la pregunta. Entendemos que la pregunta es guía, es disparador y es también respuesta. Estamos convencidos que el conocimiento no se transmite ni se transfiere sino que debe ser construído por el propio sujeto en acción. Más aún, entendemos que es más importante la forma de la construcción del conocimiento que el conocimiento en sí.
Un niño que se atreve a cuestionar si el Sol sale siempre por el mismo lugar, será capaz siendo adulto de ser crítico respecto a cualquier tipo de información que reciba. De eso se trata vivir emancipado..
Los dispositivos que nosotros usamos son los siguientes:
Gnomón. Una vara recta colocada en posición vertical y expuesta al Sol, de la que observamos su sombra.
Globo terráqueo liberado: Es un globo terráqueo al que se le ha retirado el soporte y se coloca en la misma posición en la que se encuentra el planeta real, es decir con nuestra ubicación en la cima y los polos alineados con las direcciones cardinales Sur – Norte.
Esfera lisa: Esfera sin marcas ni inscripciones que colocada al Sol nos permite estudiar las zonas iluminadas y en sombras, y los lugares donde el Sol cae a plomo. Es esencialmente un globo terráqueo sin cartografía.
Cartografía orientada: Trabajamos con mapas colocados en posición horizontal y orientados cardinalmente.
Se puede observar que no son dispositivos costosos o tecnológicos de difícil manipulación. Ésto es consistente con lo que veníamos afirmando: la clave emancipadora no está en el dispositivo sino en la forma de utilizarlo. Insistimos en esto para dejar en claro que no es que creamos que la formación de ciudadanos críticos sólo es posible mediante la enseñanza de una astronomía pretelescópica. Por el contrario afirmamos que cada quién desde su propia área (historia, matemática, arte, biología, etc) tiene la posibilidad de encontrar y construir los modos de formular su propia pedagogía emancipatoria. Más aún, no debemos olvidar que la separación de los conocimientos en los compartimientos estancos de las disciplinas escolares es una de las bases sobre las que se sustenta el edificio disciplinatorio de la educación bancaria y reproductivista, por lo cual nunca será una mala idea quebrar las fronteras entre disciplinas y proponer actividades integradoras, ya que la vida no está particionada en áreas sino que es una sóla.